"Análisis" - Entrega Final

Hiroshi Sugimoto – Regency, San Francisco, 1992

Es una fotografía que requiere inevitablemente un trípode por el largo tiempo de exposición con el que fue tomada. La única fuente de luz es la pantalla de la sala, el fotógrafo dejó una velocidad de obturación muy lenta, permitiendo que por un lapso de tiempo las imágenes de la película proyectada arrojaran ese blanco en el resultado. Esto puede comprobarse por como se ven las personas ubicadas en las últimas filas de la sala, donde pueden llegar a notarse suaves rastros de sus movimientos mientras están sentados en las butacas. Es la estrategia de esta imagen, la clave sería dejar el obturador abierto durante la película para crear una única imagen fija con una pantalla blanca luminiscente, el proceso fotográfico esta dado en esa combinación de las escenas de la película iluminando como cualquier otra entrada de luz que se reparte por toda la sala. 

Tomada con un lente angular, se ve en el gran tamaño de plano logrado desde una distancia no tan lejana y la posibilidad de incluir todo lo que se encuentra a los costados. Este tipo de objetivos generan una distorsión en la apariencia física de los objetos, sobre todo en los extremos de la toma y que se acentúa cuanto más cerca nos encontramos del objeto. También nos permiten una profundidad de campo mayor, en cuanto a la apertura del diafragma, es mínima, está todo perfectamente en foco por lo que se entiende que está muy cerrado. Considero que no solo fue una decisión sobre la profundidad de campo sino también para equilibrar la entrada de luz ya que con tan lenta la velocidad debería ingresar mucha más luz de la necesaria para sobreexponer la fotografía y al cerrar el diafragma debería balancearse mejor. 

De una buena calidad y alto nivel de detalle, desde lumínicos hasta las diferentes texturas y materiales, que en esta sala son variados y no deja que nada se pierda, los relieves del palco, los candelabros del techo, podemos distinguir cada pieza de vidrio que cuelga hasta los dibujos de la alfombra entre las butacas.

El autor expresó que creciendo se conmovía mucho viendo películas con su madre y la gran conexión emocional que sintió dentro de los teatros. De adulto, descubrió que la luz de la pantalla que tanto lo cautivaba también podía iluminar interiores. Su serie "teatro", surrealista, no solo captura el esplendor del cine, es también una contemplación sobre la naturaleza del tiempo. Sugimoto cuenta sobre los diferentes efectos lumínicos según los géneros de las películas, por ejemplo, las comedias tienden a ser más brillantes, mientras que las películas tristes son mas oscuras. Ha capturado en esta imagen un espacio significativo para el. Ver la fotografía sin saber el contexto y volver a observarla luego de conocer la intención del autor y sus experiencias con los teatros y las películas suman a la imagen un peso simbólico que permite valorarla aún más, más allá de lo obviamente atractivo de lo visual, tiene un significado para quien ha capturado la imagen. El sentimiento que transmite Sugimoto a través de esta toma es fácil de compartir para quienes también disfrutamos de sentarnos en una sala y apreciar una película en la pantalla grande. Particularmente no relacioné esta foto con el autor cuando la vi, después de leer de quien se trataba comparé con algunas de las fotos del autor que si conocía y coinciden en la gran calidad y definición de la imagen, más la focalización en los detalles que siempre tiene muy presente en sus trabajos, y en esta imagen mantiene ese criterio.

Me parece una buena imagen, me gusta la forma en la que está distribuida la luz en los distintos sectores de la sala, como se forma una especie de triángulo entre los apoyabrazos que llegan a iluminarse en las butacas centrales desde la primera fila hacia las últimas. Hay tantos tonos de grises, sombras duras y otras más suaves como las que separan un respaldo de la butaca de otro. Me causa una especie de efecto hipnótico la pantalla en blanco. Esta pantalla y su reflejo en el suelo que enseguida choca contra el fin del escenario y se llega una negro total, dividiendo un un contraste muy marcado, la parte más mágica de la sala (el escenario), del sector donde se va a sentar la gente.


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